La Cooperativa Del Campo nació en 1997 tras una larga historia de experimentos de asociación en favor de los pequeños agricultores nicaragüenses. Del Campo es un consorcio de cooperativas y la responsable de las ventas de los productos de 13 cooperativas asociadas que cuentan con la participación de 3.000 agricultores. Cada cooperativa participa en las decisiones de forma conjunta.
La Cooperativa Del Campo nació en 1997 tras una larga historia de experimentos de asociación en favor de los pequeños agricultores nicaragüenses. Del Campo es un consorcio de cooperativas y la responsable de las ventas de los productos de 13 cooperativas asociadas que cuentan con la participación de 3.000 agricultores. Cada cooperativa participa en las decisiones de forma conjunta.
Del Campo, situada al noroeste de León, se dedica a mejorar las condiciones económicas y sociales de los trabajadores asociados, a la venta en el mercado internacional con el mejor precio para los productores y a la financiación de iniciativas para mejorar capacidades de producción, transformación, comercialización y exportación. Del Campo también coordina programas de capacitación para los campesinos. Del Campo produce cacahuetes y aceite de sésamo.
El grupo central que lo produce es la Cooperativa Juan Francisco Paz Silva (JFPS). Fundada oficialmente en 1991, en el período sandinista, después se convirtió en uno de los miembros fundadores de Del Campo.
Actualmente, la cooperativa cuenta con 20 asociaciones y proporciona servicios a los agricultores de la comunidad de Achuapa en muchas áreas, como posibilitar un molino para moler granos -como el sorgo, el maíz o el café-. El aceite de sésamo es para muchos campesinos la única fuente de ingresos.
La equidad de género para los miembros y socios:
La Cooperativa Juan Francisco Paz Silva anima a las mujeres a participar en una vida social activa.
Desafortunadamente, Achuapa en Nicaragua es conocida por la alta tasa de violencia doméstica y la discriminación de las mujeres. Varias mujeres de la cooperativa fueron abandonadas por sus maridos, y se ven obligadas a mantener a muchos niños.
La cooperativa tiene un concepto más amplio de justicia: no debe ser puramente económica, sino que debe aplicarse a muchos asuntos. La discriminación de género en una cultura muy machista debe ser combatida por todos, hombres y mujeres.
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