Los agricultores que componen la cooperativa, hombres y mujeres, son pequeños productores, poseedores de pequeños terrenos que no alcanzan en promedio las dos hectáreas.
Una de las labores iniciales de la cooperativa fue la promoción de la agricultura ecológica. En 2001 la situación de muchos campesinos era desesperada. Sus tierras requerían cada vez mayor cantidad de pesticidas y fertilizantes para conseguir cosechas, que resultaban escasas para pagar las deudas contraídas, entre otros motivos, para la compra de los propios insumos.
Junto a esto, el uso de químicos agrícolas producía daños en la salud de las familias campesinas. Debido a la escasez de recursos trabajaban frecuentemente descalzos, con las manos descubiertas y sin protección respiratoria, produciéndoles estos agroquímicos, afecciones cutáneas y respiratorias entre otros problemas.
Ante esta situación algunas decenas de campesinos, con la ayuda de la iniciativa de agronegocio ecológico, Plantrich, decidieron dar el salto a la agricultura orgánica.
Este cambio ha reportado con los años numerosas ventajas, entre ellas:
- Mejores precios para sus productos por la calidad orgánica.
- Eliminación del gasto en agroquímicos.
- Aumento de la biodiversidad y recuperación de la fertilidad natural de los suelos.